jueves, 31 de marzo de 2016

T7.¿Qué tiene que ver M. Curie con Piedrabuena?

Piedrabuena es un pueblo manchego en el que nació Mónico Sanchez Moreno, quien viajo a estados unidos para convertirse en ingeniero eléctrico en el Nueva York de Tesla y Edison.

En 1901 vendió todo lo que tenía, se fue a Madrid para estudiar ingeniería eléctrica en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales.

No pudo ingresar en la escuela de ingenieros debido a que no tenía la formación requerida, con lo que se inscribió en un curso por correspondencia impartido por “The Electrical Institute of Correspondence Instrucion” de Londres.
En este curso a distancia conoció el Profesor Wetzler que tenía relación con Thomson y con Edison y que le anima a poner rumbo a Estados Unidos. 

Nueva York en esos momentos era un hervidero de creatividad, el centro de una segunda revolución industrial liderada por la electricidad y escenario de la Guerra de las corrientes entre Edison y el genial Nikola Tesla. Allí estudió en el Instituto de Ingenieros Electricistas y en un curso de electrotecnia en la Universidad de Columbia, llegó a ser ingeniero para la Van Houten and Ten Broeck Company. 
Entre otros proyectos, trabajó en la telefonía sin hilos, más de un siglo antes de que fuera efectiva y realizó su mayor invento: un aparato de rayos X portátil. (lo que guarda relación con Marie Curie).

Tenia una carrera prometedora en Nueva York pero decidió egresar a su pueblo, Piedrabuena, para compartir con sus paisanos de La Mancha las ventajas y secretos que la electricidad había abierto ante él. 
Se las apañó para llevar hasta a su pueblo agua y electricidad y construir una central eléctrica. Y ya, con energía disponible, se dedicó a fabricar su invento.

Este invento (máquina portátil de Rayos X) fue de gran agrado para Marie Curie, quien fue la mas ilustre clienta de la fábrica de Mónico.
Durante la Primera Guerra Mundial, Marie Curie, compró varias unidades del invento, con las que equipó 20 coches conocidos como los “Petit Curie”. Con estos coches ella y su hija Irene recorrieron el frente e hicieron millones de radiografías a los soldados heridos. Estas radiografías fueron vitales para realizar diagnósticos acertados. Gracias a los Petit Curie y al invento de Mónico muchos soldados se libraron de amputaciones, que de otro modo hubieran sido inevitables, o incluso de la muerte.


Referencias
http://elefectotesla.com/2013/07/10/la-insolita-aventura-de-un-ingeniero-manchego/

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